Cuentos.-La identidad
Yo venía cansado. Mis botas estaban cubiertas de lodo y las arrastraba como si fueran féretros. La mochila se me encajaba en la espalda,...
Cuentos.- Esperanza número equivocado.
Esperanza siempre abre el periódico en la sección de sociales y se pone a ver las novias. Suspira: “Ay, señorita Diana, cuándo la veré a...
Cuentos latinoamericanos.-La tía Carlota.
Siempre estoy sola como el viejo naranjo que sucumbe en el patio. Vago por los corredores, por la huerta, por el gallinero durante toda...
Cuentos Latinoamericanos-La tía Enedina.
Desde que tenía ocho años me mandaban llevarle la comida a mi tía Enedina, la loca. Según mi madre, enloqueció de soledad. Tía Enedina...
Después
—Queridos –dijo la condesa— hay que ir a acostarse. Los tres, niños y niñas, se levantaron y fueron a abrazar a su abuela. Después...
Tú y yo.
Adán vivía feliz dentro de Eva en un entrañable paraíso. Preso como una semilla en la dulce sustancia de la fruta, eficaz como una...
Mendigo de ti
La mendiga profeta En mis sueños hay laberintos de belleza; en cada esquina ángeles enfermos esperan ser redimidos por la fuerza mágica...
El mendigo de tus palabras
Quiero tus palabras, aunque sean mudas, aunque duelan. Sólo ellas consuelan del miedo y el dolor; porque son pilares maestros y a falta...
Orgías de libros
No lamento esas orgías de libros. […] En aquel entonces, todo sucedía sólo por la aventura de los libros. En Viena, cuando no tenía...
La música inaudible
Mis amigos me invitan para que les estropee las fiestas, tocando el piano. Yo voy, toco, les arruino la celebración y ellos me pagan, eso...