Carlos Pellicer.-¿Qué harás?
"...Tu cuerpo es lo desnudo que hay en mí, toda el agua que va rumbo a tus cántaros..."
Poeta y museólogo mexicano nacido en Tabasco en 1899. Viajero apasionado y poeta de recintos cerrados, fue cantor de los grandes ríos, de la selva y el sol.
Ocupó varios cargos importantes en diferentes museos, fue profesor de literatura e historia y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Ocupó además la presidencia del Consejo Latinoamericano de escritores con sede en Roma. La mejor definición del poeta la da Octavio Paz: "Gran poeta, Pellicer nos enseñó a mirar el mundo con otros ojos y al hacerlo modificó la poesía mexicana. Su obra, toda una poesía con su pluralidad de géneros, se resuelve en una luminosa metáfora, en una interminable alabanza del mundo: Pellicer es el mismo de principio a fin". «Piedra de sacrificios» en 1924, «Hora de junio» en 1937, «Exágonos» en 1941, «Subordinaciones» en 1948 y «Con palabras y fuego» en 1963, hacen parte de su extensa obra poética. Falleció en 1977.
¿ Qué harás?
¿Qué harás? ¿En que momento
tus ojos pensarán en mis caricias?
¿Y frente a cuales cosas, de repente,
dejarás, en silencio, una sonrisa?
Y si en la calle
hallas mi boca triste en otra gente,
¿la seguirás?
¿Que harás si en los comercios --semejanzas--
algo de mi encuentras?
¿Qué harás?
¿Y si en el campo un grupo de palmeras
o un grupo de palomas o uno de figuras
vieras?
(Las estrofas brillan en sus aventuras
de desnudas imágenes primeras.)
¿Y si al pasa frente a la casa abierta,
alguien adentro grita: ¡Carlos!?
¿Habrá en tu corazón el buen latido?
¿Cómo será el acento de tu paso?
Tu carta trae el perfume predilecto.
Yo la beso y la aspiro.
En el rápido drama de un suspiro
la alcoba se encamina hacia otro aspecto.
¿Qué harás?
Los versos tienen ya los ojos fijos
. La actitud se prolonga. De las manos
caen papel y lápiz. Infinito
es el recuerdo. Se oyen en el campo
las cosas de la noche. --Una vez
te hallé en el tranvía y no me viste.
--Atravesando un bosque ambos lloramos
. --Hay dos sitios malditos en la ciudad. ¿Me diste
tu dirección la noche del infierno?
--...Y yo creí morirme mirándote llorar.
Yo soy...
Y me sacude el viento.
¿Qué harás?