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Orlando González Esteva.-Detrás de los "Cuerpos en bandeja".

"La papaya es un animal vegetal

que no conoce el pecado original"

-Nicolás Guillén-

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Orlando González Esteva es originario de Santiago de Cua (1952), reside en Estados Unidos desde 1965. Fue colaborador de la revista Vuelta. Ha publicado, entre otros libros, Mañas de la poesía (1981), Elogio del garabato (1994), Fosa común (1996), Escrito para borrar (1996), Cuerpos en bandeja (1998), Casa de todos (2005) y La noche y los suyos(2005).

El precipicio de la memoria se complace en presentar a esta voz portadora de una exquisitez para palpar a tan añorada Cuba, para seducir nuestra mente en cada descripción, cada metáfora...y sobre todo, para describir humanamente (y humildemente) aquellos a los que admira.

"Cuerpos en bandeja: frutas y erotismo en cuba" ha sido un libro placentero, publicado por Artes de México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, D.F. y con ilustraciones de Ramón Alejandro.

Existe una gran variedad de frutos, repletos de maduración, liberadores, también los encontramos atractivos, sensuales, tentadores y que nos obligan a penetrarles más allá de lo literario. Cuerpos en bandeja se nutre de la morfología erótica, la pulpa, el zumo, el sabor,la geometría, lo carnal conceptualizado en una fruta...y es aquí donde sacamos a relucir nuestra imaginación, y reconocemos que Cuba cubre el objeto vivo de sus deseos, festeja el cuerpo, la imagen de un paraíso se proclama.

El libro fué una serie de charlas en telerife, a mediados de los 90's, en donde Andrés Sánchez R. dijo que se harían una serie de platicas sobre el erotismo y las artes, por lo cual Orlando recordó la relación del pueblo cubano con las frutas y la relación con la sexualidad, presentes en el cancionero popular, la poesía, la novela, por mencionar algunos.

Es así como tituló la serie de charlas "Cuerpos en bandeja" relacionando la concepción del cuerpo con la fruta. Alberto Ruiz Sanchez fue el enargado de recibir las entonces charlas, y decidió publicar el libro.

Al mirar el libro vemos una cubierta color papaya, y al abrirla nos topamos con una fruta abierta, simulando la vúlva. Esa problemática lingüistica llegó a tal grado, que en Cuba ¡se prohibía decir "papaya" y en reemplazo se le deominó " Fruta bomba"!

"La culpable de que cayera el primer humano fue la fruta, el demonio no tenia que ver, la fruta, sola, meneandose húmeda con el rocio, fue la culpable con su tentación."-nos menciona Esteva.

Las ilustraciones a cargo de Ramón Alejadro, pueden tener relación con edward weston?,

No lo sabemos; Ramón llega a las frutas porque exiliado del pais se fue a Venezuela y se encontró con la fruticultura....un regreso a cuba mediante la fruta, exaltándola y postrando a cuba como un sitio donde las frutas llevan al cubano a tal grado de tener relaciones con los árboles,por ejemplo.

Orlando, al principio de forma inconsiente y después consciente, fue exiliado a los 12, esto coincidió con su cambio de adolescencia de forma traumática, ¿perdiendo la niñez? tal ves... en los 70´s entra a una clase donde escucha después de 5 años, aquellas añoradas palabras cubanas, y se aferra a las letras, dándose cuenta de que puede construir su patria portátil desde su escritura. Fascinante...

Cuba pues, se representa e cierto modo como una fruta dulce por fuera...amarga por dentro (Nicolás Guillén) y ahí tenemos al cubano, dando un frente de fiesta, pero dentro hay un "sol de hiel", parece no decir nada, pero lo dice todo...el turista no lo ve, solo ve al Buena Vista social Club, al bailador...pero no ve el transfondo.

La conceptualización de la mujer esta presente en este libro, el cuerpo femenino, protagónico en la poesía nos muestra una redondez atractiva (como su libro: "mi vida con los delfines") un elogio a lo redondo, la voluptuosidad (encontradas también en las frutas)...lo redondo, en Cuba, mientras más redonda es la mujer, más atractiva se postra.

La piña: es la reina, la mujer que sonríe de las entrañas.

El mamoncillo: son los labios al amanecer.

El aguacate: es una forma de describir quizá los testiculos.

El plátano: el pene.

Sin más, dejamos a nuestro lector las puertas abiertas para que se inmiscuya en este exquisito y refinado libro, asegurandole un deleite desde el principio.

De igual forma, agradecemos infinitamente a Orlando González Esteva, por brindarnos su tiempo y permitirnos entrevistarle.

-Natalia Ulloa-


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